Sunday, February 5, 2017

Historias Paranormales: El espejo al final del pasillo

Mundos paralelos, realidades alternas, almas sin descanso, en fin, las mil y una historias que hemos escuchado y que pocos hemos vivido, les doy la bienvenida a este mundo si nunca han experimentado nada espero puedan hacerlo a través de mis palabras. Para aquellos los que, si han logrado tener contacto con el mas allá, espero poder hacer justicia a esos sentimientos, experiencias y momentos que hemos vivido que por decir poco nos dejan los pelos de punta. En este blog compartiré historias de numerosos encuentros con el otro mundo, los cuales me han dejado noches sin poder dormir e incluso me ha abierto una puerta para comunicarme con aquellos que ya no están. Desde parálisis de sueño hasta viajes astrales y experiencias únicas con apariciones; Algunas personas son consideradas híper sensibles, esto los lleva a ser acechados por entidades ya sean malignas o no. Algunos son escépticos pues siendo francos si no lo has vivido es muy difícil de creer que, en medio de tu sueño, viste una figura negra que susurro tu nombre al oído, pero me estoy adelantando. Les quiero compartir una historia que ha dejado una marca las personas que estuvieron ahí y que ahora nos pueden contar su experiencia.




Una calle normal, una casa normal y una familia normal tuvieron una experiencia paranormal. La casa de Carla y Andrés era pequeña sin embargo espaciosa tenía que serlo para una familia tan grande 4 hijas y dos varones. Michelle la mayor de todas, alta, rubia y pelo corto trabajaba y ayudaba en la casa, Rebecca la más bajita es rubia, colocha y casada con dos hijos en el momento, aunque no vivía en la casa pasaba casi todo su tiempo con sus padres mientras esperaba que sus hijos salieran de la escuela. Julia alta, pelo negro y largo joven y casada sin embargo todavía viviendo en su casa. Ellas serán nuestros personajes principales en esta historia que al día de hoy todavía las acecha. La casa tenía un ventanal grande que dejaba ver todo de principio a fin. Comenzando por la sala la cual llevaba a un pasillo largo con puertas de los cuartos de los niños a sus costados y la puerta del cuarto principal que abierta mostraba la última puerta de la casa, donde estaba un espejo viejo y empañado. Cada vez que alguien visitaba simplemente tenía que pararse en la ventana y sabía si había alguien en la casa o no, de estar vacía se encontraba con su imagen reflejada algo borrosa y extraña en el espejo, tétrico si me preguntan a mí.

Numerosos eran los invitados de esa casa, día a día entraban y salían los hijos, los amigos y nietos de los señores de la casa. Sin embargo, un día se encontraron con una visita que nadie estaba esperando. Una noche tranquila como las demás cada quien tenía su rutina para ir acostarse sin embargo todos tenían una hora en la cual debían estar en sus cuartos. Como de costumbre Don Andrés antes de ir a dormir debía cepillarse sus dientes y su cabello. Entonces Doña Carla utilizaba el baño de sus hijas por las noches, pues una noche cuando Doña Carla se dirige al baño se encuentra a su hija Julia viéndose en el espejo y cepillando su cabello largo, ella muy molesta viendo que seguía despierta a altas horas de la noche le ordeno que se fuera a su cuarto a dormir. Muy enojada Doña Carla le indica a Don Andrés que por favor vaya a decirle a Julia que esas no son horas de estar despierta. Sin embargo, cuando él abrió la puerta del cuarto de su hija la encuentra profundamente dormida, la despertó y le pidió explicaciones de que estaba haciendo en el baño, a lo que Julia muy extrañada le contesta a su papá que ella no ha usado el baño desde tempranas horas en la noche.



Algunos días después, Doña Carla se encontraba sola en la casa, como era de costumbre todos habían salido, dándole tiempo a ella para organizar todo. Pues… en ese momento ella estaba limpiando la sala cuando de repente siente que algo golpea su espalda, asustada se da la vuelta, mira a todos lados y no ve a nadie, solo un cojín en el suelo. Lentamente lo recogió, sintió un escalofrió en todo su cuerpo al ver que no había una explicación de quien o que le pudo haber arrojado el cojín. Cuando todos regresaron a la casa ella les conto la historia, aterrada. Miguel el esposo de Rebecca era un hombre muy incrédulo de todo lo que tiene que ver con el mundo paranormal y le comento que probablemente era un truco de su mente por estar cansada o alguna mala broma de una de sus hijas, a la cual todas se negaron.

Al día siguiente Juan el esposo de Julia estaba saliendo de la casa, en ese mismo instante Rebecca estaba entrando ambos abren la puerta al mismo tiempo y en medio de ellos se cruza Julia sin decir nada cuando Rebecca voltea para atrás para reclamarle se da cuenta que no hay nadie ambos sintieron un frio en la atmosfera, un sentimiento inexplicable. Juan petrificado voltea a todos lados al ver que no había nadie ambos entraron a la casa y les contaron toda la historia, todos estaban reunidos en la mesa del comedor, Juan estaba determinado que algo extraño estaba sucediendo. Todos discutían el tema cuando Miguel con poca paciencia les dice “No hay nada extraño, todo tiene una explicación, todos están sugestionados y creen cualquier cosa” en ese preciso momento todos los focos de la lámpara encima de la mesa del comedor destilaron una luz brillante y se quemaron uno por uno. Todos se quedaron en silencio viéndose, Miguel se rio nerviosamente y dijo “es pura casualidad”. Varios días se discutió el tema entre los miembros de la familia.

Un día Miguel iba entrando a la casa de Doña Carla a buscar a Rebecca, normalmente el portón y la puerta principal de la casa estaban abiertas, aunque no hubiera nadie (cosa que en esos tiempos era normal y seguro). Pero ese día todo estaba cerrado entonces Miguel se acercó a la ventana se agacho y presiono su cara contra el vidrio cubriendo sus ojos con sus manos para poder ver todo el pasillo y comenzó a llamar a Rebecca nadie le contestaba, pero vio que en el espejo al final del pasillo estaba Julia, él grito su nombre “Julia, soy yo Miguel ábreme la puerta” lentamente Julia se giró, se agacho, puso sus manos sobre sus rodillas y puso su cabeza de lado, lo miro fijamente y comenzó a caminar hacia él, en ese momento Miguel se dio cuenta que esa no era Julia y debía salir de ahí.

Miguel nunca volvió a tocar el tema, eventualmente la familia se mudó, solo para darse cuenta que el problema no era la casa...

Espero hayan disfrutado de este primer post. Tendremos mas historias y no dudes en compartir las tuyas. Síguenos en nuestra Fan page de Facebook ¿Estás Ahí? @estasahihn

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